Lo que sucede en el departamento del norte del Tolima

Registro bibliográfico

  • Título: Lo que sucede en el departamento del norte del Tolima
  • Autor: Díaz G., Jacinto
  • Publicación original: Bogotá: Imprenta de Vapor de Zalamea Hermanos, 1884
  • Descripción física: PDF
  • Notas de reproducción original: Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
  • Notas:
    • Tolima (Colombia)
    • Resumen: El domingo 13 de los corrientes fuí á Ambalema. Yo soy negociante y vivo en Beltrán (Cundinamarca), pueblo que de aquél deriva lo mejor de su ser propio, y como fácilmente se comprende mis transacciones demandan que se me encuentre en aquella plaza. Soy liberal por convicción, por los antecedentes domésticos y por principios de moral y de política; cuando mi partido ha necesitado esfuerzos mios no le he esquivado mis recursos, mi corazón y mi brazo. Fuí como liberal á aCluella población importante; nana debía ni podía temer de mis compañeros en doctrina; los que no lo eran, anonadados políticamente desde 1876, no podián inspirarme temores.
    • Resumen: LO QUE SUCEDEEN EL DEPARTAMENTO DEL ~ N'ORTE DEL TOLIMA.)-}511015El domingo 13 de los corrientes Cuí á Ambalema. Yo soy negociantey vivo en Beltrán (Cundinamarca), pueblo que (le aquél deriva lo mejorde su ser propio, y como fácilrne~te se comprende mis transaccionesdemandan que se me encuentre en aquella plaza.Soy liberal por convicción, pOLo antecedentes domésticos y por Iprincipius de moral yele política; cuando mi partido ha necesitadoesfuerzos mios no le he esquivado mis recursos, mi corazón y mi brazo.Fuí como liberal á aCluella población importante; nana debía nipodía temer de mis compañeros en doctrina; los que no lo eran, anona­dadospolíticamente elesrle 1876, no podián inspirarme temores.Pero en Ambalema hay algo de muy o(lioso; hay una pandilla dehoml)F~s de aquellos que quieren vi\'ir ¡;;ín trtlhnjar si el trabajo noestá en el crimen; desvergonzados que se hallan conve~cidos deque dar una puñalada á quien no los apoya, es otorgar á la Patria unservicio retributivo.Fué el señor General Fruto Sántos quien amparó y protegió en suorígen á esa pandilla con el fin ele ponerla al servicio de sus aspiracionespolíticas; á su sombra comet.ió mil ele~manes que le captaron el apodode Culebra, bien que más tarde cuando fueron asesinados los señoresEsguerra y Rodríguez el señor Sintos rompió con aquel círculo. Sinembargo, hoy protege de nuevo á esos hombres y es contando con suvénia que hacen lo que conmigo el citado día 13.Fuí á Ambalema, pues, sin contar con la huéspeda, como se ciice vul­garmente,allí encontré á los aleccionados, hechura del señor don FrutoSántos: allí estaba la culebra disfrazaela en tren ele mandatarios; laculebra, esa asociación híbrida de todos los elementos maléficos que enla sociedad palpitan, prontos á cuanto venga con tal ele que el própul­sorsea lo que significa daño.y llegué, y el Jefe de la' culebra entre soeces dicterios me noti6cóque él y los suyos iban á apalcarme: oescuidé la notificación en lacreencia de que estaba en un pueblo civilizado, bajo la protección de" autoridades constituidas, y me apalearon luégo, así como al señor Eus-1 tQrgio Pardo y á otro infelíz; y me robaron mi reloj y mi dinero; yen tanto que el Alcaide de la cárcel y otro compañero me sujetaban por ,la espalda para que me golpearan á mansalva los otros, (aliado~ deéste), ese empleado me quitó el revólver con que pretendí defendermey con él se queeló á pesar de posteriores reclamaciones ro que correspondíacon la negativa del hecho; y el Alcalne Leonardo Machao ornenó que seme pusiera en la cárcel, sin más culpa que la de haber pretenelido defen­dermecontra sus sicarios, de lo que no escapé sino en gracia de mienergía y ele la velocidad de mi caballo, sin que yo hubiera ido ro dañará individuo ni á causa política alguna; los que allí se denominan liberalesy á quienes podía cOllsiderar como á mis copartidarios, buscaron misacrificio. DOII Fruto así lo habría ~relenado.El Departamento del norte del Tulima es mínimo en pohlación,pero múximo en ri(lUeZa; quien en él predomina maneja los cOl'nonesde la bolsa, y el señor Sántos nada ha omitido para manteller en sumano esv'::: cordones y regir con ellos al Estado, como se dirige un cabaIlode coche. i Y quién es don Fruto Santos ~ El señor general Gaitan,~dve .. 1>al'lo 11 >y de mi" ideas políticas pero en todas ocasiones diglLo deempurlar unll ha!l(lera regelleradora, (lecÍa alguna vez COll tanto talentocomo verídi~a gracia,-el general de brigada Fruto S {tntos solo escomprensible á medias; lo de brigada se entiende, lo de Generalqueda en vacio !Ha sido gobernante en el Tolima; llegó hasta ejercer la primeraMagistratura política; y se vió en el caso de sufrir el raro escarmiento deque la Asamblea quisiera removerlo quince días antes de que termi­nasesu período; en el Tolima y bajo el gobierno radical, no hafaltado vergüenza, efec'ti va, pero tardú:l.Hoy está en Am balema el rico ({ene a ~ don Fruto, allí lo explota1 • rtodo, y nada le importa la vergüenza; falsifica elecciones en serviciode sus convicciones y de su porvenir político, y no ha desdeñado apo­yarse,colocándolos en los primeros puestos administrativos, en losautores y fal'wres en el horrible asesinato de [os ~efiores doctor ~omingoEsguerra y Samuel Rodríguez.Allí está, y puede mucho con su influencia, la que puede deri­varsp.ele sustraer presidiarios para hacerlo. ;.; ; funcionarios públieos yagentes electorales j por este medio elomina y triunfa. Quien como yono estA dispueilto ni puede e::;tarIo nunca ú colabomr en sus combina­eionesbastardas ó no va á Ambalema 6 se resigna á ser víctima.El Gobierno del Estado del Tlllima puede ser, según las cambiantescircunstancias, conservador, radical 6 indepeneliente; á todo puedenplegarse, en virtud de sus conveniencias particulares 6 colectivas, loshombres de la especie de don Fruto Santos; no sería extrañ!) ver á éstede inquisidor ó de mOllaguillo; pero con personajes como él, aquellasección tan rica, tan digna de la República, nUllCll será honrada.Puede suceder,-y es posible que sucefla, que el golpe de un puñal~ea la respuesta á lo que he dicho; yo ni acertaría á esquivarlo ni lo pre­tendo;doy mi modesto nombre y poseo algunos comprobantes de lo queafirmo; pero por esto mismo, que impone dignidad, no contestaré anó­nimos;el sellor Sántos puede defenderse COIL su propia firma ó busc~ rpara ello la de nlgl1l1o de sus cómplices; pero en último caso, que seme deje el látigo en la mano para exhibirlos en lo que sean y en loque valgan ante la Nación que ha de juzgarlos.Lo que he dicho, es para la Nación; creo y espero que el actualGobernador del Tolima lo aproveche para mejorar, siquiera sea por unsentimiento honrado, la política dominante en el Departamento delNorte; tÍ los liberales de convicciones y de sacrificios no debe ponér­senosen el caso de echar ele menos á los cOllservanores; y si elseñor Gobernador de aquel Estado quiere fijar el grado bajo cero deltermómetro para conocer la miseria de la política. actual en aquel De­partamento,puene tomar informes ele quien sea LEONARDO MACHAO actualAlcalde de Ambalema por la gracia del General Fruto Sántos, y encon­traráqüe si hay algún delito extraño á su vida, ninguno puede ser in­compatiblecon su carácter ni con sus condiciones.Bogotá, Enero 22 de 1884.)JACINTO DIAZ G.IMPRENTA. DE VAPOR DE ZALArrIEA. HERl\fANOS.f /)I.J 'J
    • Resumen: Orden público; Corrupción política; Política y gobierno; Volantes
    • Dominio público
  • Forma/género: unidad documental
  • Idioma: español
  • Institución origen: Biblioteca Virtual del Banco de la República
  • Encabezamiento de materia:

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