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Quizá sea la noción de razón práctica uno de los temas más recurrentes en la teoría jurídica a lo largo del tiempo. Derecho y razón práctica es el título de un libro de Robert Alexy que se ha publicado recientemente287 y que recoge algunos de los principales artículos de este autor, quien, por otra parte, es sin duda uno de los teóricos que más ha enriquecido el discurso jurídico actual. La obra de Alexy es amplia, por lo que tratar de presentarla exhaustivamente en el espacio que permite una nota sería, sin lugar a dudas, un esfuerzo estéril; sin embargo, sí que me parece útil presentar algunos trazos de su pensamiento jurídico como claves para un estudio más profundo del mismo. Y esto es lo que pretendo en esta nota.
1. Razón práctica y discurso racional
Que las cuestiones relativas a qué hacer, las cuestiones
práctico-morales, pueden decidirse mediante la razón es el
presupuesto fundamental de la teoría del discurso práctico de
Jürgen Habermas. Las decisiones prácticas acerca de lo correcto o
lo incorrecto, lo justo y lo injusto, pueden tomarse a través de un
proceso de comunicación en el que los participantes se convencen entre
sí por medio de argumentos. Cuando se sostienen y se problematizan
argumentos acerca de cuestiones prácticas,
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Esta teoría habermasiana del discurso racional práctico sirve como base teórica e inspiración para la teoría de argumentación jurídica de Alexy, y, a su vez, la construcción de la teoría de la argumentación jurídica es la columna vertebral de su teoría del Derecho. En adelante, especificaré brevemente algunos de los rasgos centrales de la teoría de la argumentación de Alexy en relación con la teoría del discurso práctico general que acabo de tra zar.
1.1. La tesis del caso especial
Una de las ideas fundamentales de la teoría de la
argumentación jurídica de Robert Alexy es que ésta es una
actividad lingüística que «trata de la corrección de
los enunciados normativos»288, por lo que, en el sentido
anteriormente referido, es posible hablar de un tipo de discurso
práctico. El discurso práctico jurídico es, según
Alexy, un caso especial del discurso práctico general. El discurso
práctico jurídico coincide con el discurso práctico
general en que: «1) [...] las discusiones jurídicas se refieren a
cuestiones prácticas, es decir, a cuestiones acerca de lo que hay que
hacer u omitir, o sobre lo que puede ser hecho u omitido, y 2) estas cuestiones
son discutidas desde el punto de vista de la pretensión de
corrección»289; y se diferencia
del discurso práctico general, porque el discurso jurídico se
desarrolla bajo condiciones de limitación específicamente
jurídicas290. En este sentido, el discurso
jurídico se define, por una
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1.2. La teoría de la argumentación jurídica
a) Justificación interna y justificación externa
Como he señalado, el propósito de la teoría
de la argumentación jurídica es establecer un marco para la
justificación racional de enunciados normativos dentro del marco del
Derecho vigente. Dentro de este marco se dan dos tipos de justificación:
la interna y la externa. «En la
justificación interna se trata de ver
si la decisión se sigue lógicamente de las premisas que se aducen
como fundamentación el objeto de la
justificación externa es la
justificación de las premisas»292. La justificación interna debe cumplir ciertas
reglas y ajustarse a determinadas formas de justificación que
aquí sería inconveniente reproducir293. Las premisas del razonamiento jurídico pueden ser de
tres tipos: 1) reglas de Derecho positivo, 2) enunciados empíricos y 3)
premisas que no son ni enunciados empíricos ni reglas de Derecho
positivo. «Estos distintos tipos de premisas se corresponden con
distintos métodos de fundamentación. La fundamentación de
una regla en tanto regla de Derecho positivo consiste en mostrar su conformidad
con los criterios de validez del ordenamiento jurídico. En la
fundamentación de las premisas empíricas puede recurrirse
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b) Los límites del discurso jurídico
Estos grupos de reglas y formulaciones constituyen, junto con las
reglas y formas de la argumentación práctica general, la
argumentación jurídica, que, como he señalado
anteriormente, tiene por objeto justificar racionalmente enunciados normativos.
Sin embargo, la capacidad justificativa del discurso racional tiene ciertos
límites intrínsecos, ya que las reglas del discurso permiten que
varios participantes en un mismo discurso lleguen, frente a un mismo caso, a
soluciones incompatibles entre sí. En este sentido, la pretensión
de corrección que se presenta en el discurso jurídico se ve
cercada por dos costados: primero, queda
limitada por las exigencias de la ley, de la
dogmática y de los precedentes y, segundo, se hace
relativa a los participantes en el
discurso296. Pero esto no significa que la teoría del discurso
no suponga un paso adelante ya que, por lo
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2. La teoría de los principios jurídicos
2.1. El concepto de principio y la teoría de los principios
Para Alexy tanto las reglas como los principios pueden concebirse
como normas. La distinción entre reglas y principios es, pues, una
distinción entre clases de normas. En su opinión, la
distinción es cualitativa o conceptual, rechazando, al igual que
Dworkin, la teoría de que la distinción entre principios y reglas
es un asunto meramente de grado, y que considera que los principios no son
más que reglas con un alto nivel de generalidad. Para Alexy, los
principios se diferencian de las reglas en que éstos «son normas
que ordenan que se realice algo en la mayor medida de lo posible, en
relación con las posibilidades jurídicas y
fácticas»299.
En este sentido, los principios jurídicos son
mandatos de optimización que pueden
ser cumplidos en diversos grados en función de las situaciones
fácticas y de las posibilidades jurídicas. Así, a
diferencia de las reglas, las cuales sólo pueden ser cumplidas o
incumplidas por ser normas que exigen un cumplimiento pleno -es obligatorio
hacer lo que se ordena, ni más ni menos-, los principios establecen una
obligación que puede cumplirse en diversos grados, dependiendo de las
posibilidades jurídicas que establecen otros principios y reglas en
sentido contrario, y del contexto fáctico en que se aplican. Como las
posibilidades jurídicas
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Como he señalado anteriormente, Alexy opta por una teoría débil de los principios jurídicos. Esta teoría consta de tres elementos: 1) un sistema de condiciones de prioridad, 2) un sistema de estructuras de ponderación y 3) un sistema de prioridades prima facie.
a) El sistema de condiciones de prioridad permite que la ponderación en la aplicación de los principios a casos concretos sirva para la decisión en nuevos casos. Alexy establece la siguiente ley de colisión: «las condiciones, bajo las que un principio prevalece sobre otro, forman el supuesto de hecho de una regla que determina las consecuencias jurídicas del principio prevaleciente»301. Así, las condiciones de prioridad establecidas en un sistema jurídico y las reglas que les corresponden sirven para proporcionar información sobre el peso relativo de los principios y, en este sentido, no solamente se establece qué principio prevalece en la solución de un caso determinado, sino que también proporcionan un orden de principios -de prioridad de los principios- que permite resolver casos futuros.
b) El sistema de estructuras de ponderación se deriva de la
inclusión del requisito de optimización dentro de la
ponderación en la aplicación de los principios. Respecto a las
posibilidades fácticas hay que atender a los principios de
adecuación y necesidad expresados en dos reglas que reflejan el
principio de optimalidad de Pareto: la primera es que «una medida M
está prohibida con respecto a P1 y P2, si no es eficaz para
proteger el principio P1, pero es eficaz para socavar
el principio P2»; y la segunda dice así,
«una medida M1, está prohibida en
relación a P1 y P2,
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c) El sistema de prioridades prima facie establece la carga de la argumentación, creando un cierto orden en el campo de los principios; esto es, la prioridad que se establece de un principio sobre otro puede cambiar en el futuro, pero quien pretenda modificar esa prioridad corre con la carga de la prueba303.
2.2. Los principios y la argumentación jurídica
Como hemos visto, la argumentación jurídica, el
discurso jurídico racional, aparece como una exigencia de la
racionalidad práctica, en cuanto se dirige a problemas prácticos
abordándolos a través de un método (reglas del discurso y
principios del discurso) que garantiza la «racionalidad» de la
argumentación y del resultado, pero no una única respuesta
correcta. Así pues, la argumentación jurídica cumple
sólo la función de suministrar medios para el control racional
del discurso jurídico. Esta limitación del discurso
jurídico es muy relevante con respecto a la teoría de los
principios, ya que en la aplicación de los mismos al caso concreto es
necesario efectuar una ponderación, de tal manera que no es posible
garantizar una única respuesta correcta, pero sí es posible, a
través de un proceso de ponderación de principios adecuados,
arribar a una decisión racionalmente fundamentada. En este punto la
teoría de los principios de Alexy se separa de las de Dworkin -quien, a
través de su ya famoso juez Hércules, habla de la posibilidad de
una única respuesta correcta-, pero sin dejar a un lado el concepto de
una «única respuesta correcta» como idea regulativa. En este
sentido, Alexy dice lo siguiente: «El punto
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3. La relación entre Derecho y Moral
Como hemos visto, la teoría de la argumentación
jurídica tiene la función de dotar al sistema jurídico de
criterios de racionalidad. Esto criterios responden a lo que Alexy ha llamado
la «pretensión de corrección» del Derecho que, en su
opinión, forma parte de la definición de sistema jurídico:
«El sistema de normas que, de manera implícita o explícita,
no tenga esta pretensión no es un sistema jurídico»305. Esto tiene mucha
importancia en relación con el lugar que ocupan los principios en la
teoría del Derecho de Alexy, ya que si los principios expresan valores
jurídicamente relevantes, es a través de éstos como la
Moral y el sistema jurídico se unen306. En este sentido, el discurso
jurídico, en tanto caso
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Para Alexy los sistemas jurídicos modernos contienen principios que expresan ideales jurídicos -y a la vez morales- que sólo pueden ser integrados a través de un modelo de sistema jurídico que contemple reglas, principios y procedimientos. Los principios y las reglas no pueden determinar el resultado racional de la solución de cada caso pues no dirigen ellos mismos su aplicación. Hace falta procedimiento bajo el control del discurso racional para completar un sistema jurídico racional309. El discurso jurídico, como caso especial del discurso práctico general, comparte con éste tanto los principios básicos de una moral universalista como los elementos de una racionalidad discursiva en tanto ideal jurídico.
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