81
Las apreciaciones de Cenotia en su autoelogio tienen un carácter muy general. La visión no realista de la brujería concuerda con el tono idealista del Persiles, propio del género al que pertenece el libro.
82
Para el uso verosímil de la magia véase Edward C. Riley, Teoría de la novela en Cervantes [1962] (Madrid: Taurus, 1989), esp. pp. 278-307, quien relaciona hechicería y brujería con la teoría épica y su exigencia de lo maravilloso. Sus explicaciones son más amplias (abarcan la magia en general) y, según creemos, no excluyen nuestra interpretación.
83
Véase Carlos Romero,
Para la edición crítica del
«Persiles» (...). La Inquisición portuguesa, cuyo rigor
no coincidía con el de la castellana, suprimió en la
edición de Lisboa, de Jorge Rodríguez, de 1617, lo relacionado
con la bruja de Rutilio y el autoelogio de Cenotia, y otros pasajes. No
así la parte en que aparece Julia. Para Carlos Romero la
explicación se halla tanto en aspectos teológicos como en
literarios que es difícil creer que afectaran al censor: «Todo
se explica, sin embargo, no bien se recuerde que Cervantes, en cierta
página del capítulo X, se expresa en términos que parecen
calcados de una de las tantas formulaciones 'oficiales' de la doctrina
católica acerca de tales fenómenos -hablando en primera persona,
como narrador, no ya descargando en sus personajes la responsabilidad de lo
dicho, como hace en cambio en las restantes ocasiones, siguiendo un consejo de
los tratadistas del poema heroico y, muy probablemente, también de su
propia prudencia. No conviene olvidar, junto a lo que se acaba de decir, el
hecho evidente de que la 'judía de Roma' es menos fácilmente
extrapolable que la bruja toscana del lib.I o que el autoelogio de la maga
Zenotia, en el lib.II, ya que se trata de un personaje que incide decisivamente
en la
fábula, mientras que los otros
dos se agotan por completo en las
peripecias»
(pp.
19-20). El narrador también descalifica él mismo el
comportamiento de Cenotia. Por otro lado la historia de Cenotia afecta a
Periandro y Auristela de modo mucho más próximo que el relato de
Rutilio.
84
«Luego conocí que quería llevarme por
los aires, y aunque como cristiano bien enseñado tenía por burla
todas estas hechicerías -como es razón que se tengan-,
todavía el peligro de la muerte...»
(I, 8, p.
90). La ortodoxia, en pasado y reiterada en presente, se enfrenta al
propio relato de modo contradictorio: ¿voló realmente y entonces
el cristianismo se equivoca al juzgar las hechicerías o bien no
voló y el relato es una patraña? La misma disociación se
da en el interlocutor de Rutilio (p. 92) al tratar de las transformaciones,
pero allí sí se ofrece una solución: «son
ilusiones del demonio»
. Más adelante (I, 18) se retoma la
cuestión y de nuevo se racionaliza la imposible transformación de
hombre en lobo, pero nada se dice sobre el vuelo.
85
Sobre los límites de la magia y la libertad humana véase Juan Bautista Avalle-Arce, Deslindes cervantinos (Madrid: Edhigar, 1961), n. 35, pp. 50-1. Para la enfermedad de Antonio, provocada por Cenotia, no se incluyen tantos detalles. Hay otros intereses, también de tipo narrativo.
86
«El morisco Ricote o la hispana razón de Estado», esp. pp. 285 y ss.
87
Si en las tierras del Norte abundan las supersticiones, ¿por qué trasladar allí a una morisca? ¿por qué enfrentarla con un español (o dos) precisamente? ¿por qué aproximarla al poder? ¿y por qué hacer tan explícito su castigo?
88
Es posible que los argumentos que maneja el jadraque sean demagógicos al estar dictados por el más que probable odio que el morisco cristiano experimenta hacia sus convecinos cripto-musulmanes. Tampoco es estrictamente necesario creer que el jadraque y su sobrina deberían ir incluidos en el decreto de expulsión que anticipa la profecía: ambos son cristianos y quizá se «recuerde» la posibilidad de acogerse a una medida de gracia (Márquez Villanueva, p. 334, n. 248). Por otro lado, es muy significativo que ninguno de los peregrinos diga nada más allá de los comentarios iniciales de duda; las opiniones son las del jadraque. A pesar de todo, es también posible que los dos discursos del jadraque sean parodias de los argumentos más antimoriscos.
89
¿Por qué aparece Cenotia vinculada a un rey? ¿Por qué sus actos se extenderán fuera de la esfera personal para llegar a implicar a toda una comunidad? Es posible que todo se deba al tono elevado que impone la épica y que exige la presencia de personajes de alto rango así como hechos de gran trascendencia. Véase la nota 94.
90
Quizá no habría que descartar la connotación demoníaca del fuego en la «solución» que pondrá en práctica Policarpo bajo la influencia de Cenotia.