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Universidad de Málaga
Cuando la primera edición de Final llegó a manos del poeta en los primeros días de 1982, su autor desconocía el tiempo que le quedaba de vida, y rogaba al cielo un par de años más para poder subsanar erratas y completar el volumen, menor, en extensión, que el resto de los tomos de Aire Nuestro.
Tal y como había hecho con Cántico-28, decidió reconstruir algunos poemas, suprimir o añadir otros, y cambiar de lugar varios de los aparecidos en la primera edición.
Pero los acontecimientos, los homenajes, la enfermedad y su muerte subsiguiente, obstaculizaron hasta cierto punto la realización de sus deseos. Y digo «hasta cierto punto» porque J. Guillén había ido anotando en un ejemplar de Final la mayor parte de las modificaciones que tenía intención de incorporar al texto primero.
Esta labor correctora de índole artesanal138 la fue efectuando también sobre los ejemplares que regalaba a sus amigos, por lo que será frecuente —154→ en un futuro próximo la aparición de textos en los cuales su fina caligrafía haya hecho anotaciones diversas.
Localizar todos los ejemplares para efectuar una comparación de poemas con el fin de estudiar posibles variantes no deja de ser una misión atractiva, pero no es ésa la meta que me he trazado para este artículo. Mi trabajo pretende dar a conocer las variantes que pueden aparecer en la 2.ª edición de Final, actualmente en vías de preparación.
Por gentileza del poeta, de su hijo y de A. Piedra, cuento, a la hora de iniciar este estudio, con una fotocopia del ejemplar de Final donde el poeta anotó un buen número de variantes, con mi propio ejemplar corregido por su autor, con algunos poemas nuevos editados en diversos medios de comunicación, y con manuscritos de la mayoría de los poemas nuevos.
A sabiendas de que mi presentación de textos puede no coincidir con la definitiva, por los motivos que se verán, me limitaré a ordenar los poemas en dos grupos: a) aquellos cuya situación en Final quedó fijada por la voluntad del poeta; b) el resto de los poemas, editados ocasionalmente o no.
Dentro del primer grupo cabe incorporar las adiciones, las variaciones y aún las supresiones a que hubiera lugar siguiendo el deseo del poeta.
En el ejemplar de Final que el poeta modificó de puño y letra se observan, página a página, las siguientes adiciones: P. 51: Se varía la numeración del subpoema139 n.º 5 de Más noches para convertirlo en el subpoema 6, y así dar cabida a un nuevo texto que ocuparía el n.º 5:
—155→Este texto presenta un paralelismo evidente con el n.º 1 de Dentro del mundo (p. 13) y el poema Astronomía (p. 104). P. 94: La anotación manuscrita aporta al subpoema 5 de ¿Quién seré? un único verso: «La gran frase de Ortega recordemos».
Ignoro si se trata de concluir dicho subpoema con esa apostilla o si el poeta deseaba que se añadiese el resto del conjunto poético que ahora propongo:
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Espero que en la edición definitiva se incluya el texto completo y no solamente el primer verso.
P. 111: Para ser incluido en esta página, el autor anotó en la 120 el poema Con esperanza:
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Este poema se ha formado sobre dos epigramas de la página 171. El primero de ellos, que ocupaba el lugar C141 en dicha página, supone los cuatro primeros versos, mientras que el segundo, incluido en la Fe de erratas, ha sufrido una modificación para incorporarse a los versos 6, 7 y 8:
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El resto del poema presenta puntos de contacto con el epigrama A de p. 174, y con ¿Fin del mundo? (pp. 328-329).
P. 135: Se añade el subpoema 21:
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Es indudable que todo el poema remite al subpoema 18 de Vida de la expresión (p. 81), que ahora se anota:
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La diferencia entre ambos poemas es que mientras en este caso se presenta una alegría transparente, en el nuevo subpoema existe una bien fundamentada actitud de recelo por parte del poeta.
P. 137: Al subpoema 22 (ahora 23, si tenemos en cuenta lo recién expresado) se añade lo siguiente:
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Estos seis versos proceden del apartado I del Epílogo con exclusión de los versos que vimos para ser incluidos en p. 111.
P. 143: Al poema En suma se añaden los versos que ocupaban la p. 348.
P. 171: Suprimido el epigrama C, Terror de masas. Humos, vahos, se da paso al siguiente:
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Este poema supone un magnífico complemento a la idea guilleniana del destino terrenal del hombre, que se apunta, entre otros lugares de Final, en el subpoema 4 de Dentro del mundo: «Yo, terrenal.// De acuerdo» (p. 15).
P. 172: Se incluirá un nuevo epigrama:
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P. 184: Bajo el vocablo (ADIVINANZA) (Sic), el poeta ha añadido: «¿De qué países?», sin duda para que no se supusiera que lo siguientes epigramas podían aplicarse a una sola región del mundo. Conversando con el poeta me confesó que se refería fundamentalmente a los países sudamericanos.
P. 194: Añade el siguiente epigrama:
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P. 201: Modificada la numeración de los subpoemas de esta página, se introduce, con el número 2, el siguiente:
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Este texto parece muy próximo al recién anotado, Anteriores analfabetos, por lo que da la impresión de señalar hacia momentos concretos de los ochenta en que la inseguridad ciudadana parecía ser el tributo de la democracia.
P. 333: Tras el poema Cuando contemplo el cielo se añade Inspiraciones:
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P. 335: Después del poema Otra fe también, se ha añadido el titulado En último término:
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Este poema es un magnífico complemento para la sección En tiempo fechado, a la que se va a incorporar, aunque acaso fuera conveniente situarlo precediendo a Otra fe también, con el fin de mantener el sentido de redondez del apartado, que empieza con el tema de la salida del sol y termina con la muerte.
P. 51: Como ya advertí, el subpoema 5 pasa a ser el 6, a fin de dar entrada a un texto nuevo. En este subpoema 5 se eliminan la línea blanca que separaba los versos 9-10, y el sangrado del 11, probablemente para disponer de más espacio en la página.
P. 64: El subpoema 18 de
La Expresión se modifica en su verso
4:
F : La
más intensa conducta y basta: y artesano.
F (2): La
más intensa conducta y basta: soy artesano.149
Tengo motivos para pensar que el poeta se olvidó de tachar la sílaba «in» de la tercera palabra, por lo que el verso es pentadecasílabo, mientras los tres anteriores del subpoema son alejandrinos.
P. 75: El subpoema 2 de Vida de la expresión presenta esta modificación:
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Tal vez el cambio de preposiciones se deba a motivos de eufonía, ya que en F existían tres vocales e en tres sílabas sucesivas.
En esta misma página se sustituye el punto final del verso 2 (subpoema 3) por una coma.
P. 77: El subpoema 7 se modifica en su segundo verso:
F : El alpinista cuenta.
F (2): En el alpinista cuenta.
Sin modificar el sentido se ha conseguido un nuevo octosílabo en un poema en que disonaba el único heptasílabo entre octosílabos. P. 82: El verso 19 del subpoema 19 se verá alterado:
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Es una vuelta atrás, al texto originario, que el poeta me cedió en marzo de 1981.
P. 84: El subpoema 22 también se verá modificado:
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Es, también, una recuperación del texto primitivo.
P. 86: El subpoema 25 presentará las siguientes transformaciones:
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Supone volver al primer texto.
V. 14: Aparecerá línea blanca que lo separa del 15150.
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Con la variante se ha conseguido eliminar el matiz negativo que parecía acompañar a la primera versión sin modificar fundamentalmente el verso.
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Puesto que en todo el poema se aborda el tema de la inspiración, resulta más propia la segunda versión que la primera.
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Varía el sentido temporal del poema desde un matiz de pasado a uno de futuro.
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Con el cambio se consigue dotar de temporalidad al verso y además eliminar un adverbio muy, bastante repetido en la obra.
P. 135: Se elimina el sangrado en el verso 5 del subpoema 19, sin duda para ganar espacio, necesario si se pretende introducir un poema nuevo en la misma página.
P. 137: Aparte del cambio de numeración producido por la introducción de un subpoema nuevo en p. 135, se elimina la línea blanca del verso 10 y se añade parte del Epílogo, como ya se vio más arriba.
P. 152: El subpoema 9 de Fuerza bruta sufrirá esta modificación:
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Es una corrección de errata que no se había advertido en Fe de erratas, y que suponía la aparición de un dodecasílabo donde debiera haber un endecasílabo.
P. 201: En el subpoema 1 de Tiempo de espera se elimina el sangrado del verso 2. Este mismo subpoema se une con el 2 y se da entrada a un nuevo subpoema 2 del que ya he hablado más arriba.
P. 306: El apartado III de Blancanieves presentará una variante:
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No es de extrañar la supresión del artículo, con la consiguiente pérdida de una sílaba, puesto que el poema está construido en heptasílabos y endecasílabos.
P. 312: El poema Alfonso Canales presentará estas variantes:
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Es una corrección de errata que suponía un verso sin sentido.
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Se hacía necesaria una sílaba más, que ya aparecía en el texto original, para que el verso fuese endecasílabo.
P. 333: Se eliminarán las líneas blancas del poema Cuando contemplo el cielo. De esta manera se dará mayor espacio al poema que se incorporará a esa página: Inspiraciones.
P. 345: Se subdividirá el subpoema 7 en 7 y 8, con lo que ganará en sentido. Aquí se incorporará también el subpoema 9, procedente del Epílogo II151.
Las supresiones de textos aparecidos en la primera edición son escasas. Solamente desaparece el epigrama B de p. 194, indicado ya en la Fe de erratas, y se cambia de lugar el C de p. 171, sin suprimirlo.
Dentro del grupo de poemas escritos con posterioridad a la primera edición de Final pueden hacerse dos apartados: a/ poemas editados ocasionalmente; b/ poemas inéditos.
A/ Poemas editados ocasionalmente
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Este poema parece hacer referencia al intento de golpe de Estado de 23 de febrero de 1981, lo que se confirma consultando los títulos que han de seguir a éste: Lo peorcito, Golpe, y La peor tradición. Se trata de un conjunto nuevo sobre un mismo tema de actualidad político-social a la que el poeta sumó su voz de protesta e indignación.
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Es un poema escrito por J. Guillén para agradecer el homenaje que le ofreció su ciudad natal en noviembre de 1982. Con toda probabilidad no será incluido en la segunda edición de Final, pasando así a engrosar el número de poemas que su autor no ha querido introducir en Aire Nuestro por diversas causas.
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No sería descabellado introducir este pequeño texto en p. 335, antecediendo al que lleva por título Otra fe también aunque temo que no será incorporado a la 2.ª edición.
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Puede asegurarse que los tres apartados pertenecen a otros tantos momentos sucesivos; el primero cuando se están realizando los homenajes de Valladolid y Málaga, el segundo acaso en los días próximos siguientes a tales acontecimientos (19 ó 20 de enero de 1983), y el tercero a finales de enero del mismo año156.
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Este poema, dedicado a su esposa Irene en la fecha que se advierte en el encabezamiento, aborda un tema similar al presentado en la Segunda carta urgente (Final, p. 110), por lo que tal vez vaya en la segunda edición junto a éste.
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Esta traducción de Ronsard debe incorporarse a la sección Otras —166→ variaciones, después de Poliziano, como le corresponde por orden cronológico, que es el utilizado por el poeta en toda la sección. Si bien el sentido del texto de Guillén es el mismo que el del poeta francés, existen un buen número de variantes que hacen el poema guilleniano, que ya he abordado en otro lugar.
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Garcilaso, Égloga Segunda |
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En la última etapa de su vida, aunque deseaba seguir leyendo a autores poco leídos, en especial los presocráticos, J. Guillén volvió a leer a aquellos escritores con los que se había deleitado en su juventud, de ahí la aparición de este poema.
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Siendo éste un poema compuesto exprofeso para la edición en que fue publicado, y sobre un tema muy concreto, predeterminado, asombra observar de qué modo da cabida a los asuntos más comunes de Final: la convivencia pacífica, la salud inspiradora, el ansia de vivir, la Historia, la guerra y el crimen.
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Como tantos otros, éste es un poema que surge de una anécdota determinada, una película proyectada ante el poeta por los hijos de su amigo, pero Guillén sabe aprovechar su propia emoción dándole un sentido universal al poema: el ansia de vivir, la vida y la muerte, el más allá vuelven a ser, junto con la Nada, que aborda en tantos momentos de Final, los temas recurrentes.
Por su estructura viene a engrosar el número de romances isométricos eneasílabos que contaba ya con otros tres ejemplos en la primera edición de la obra (pp. 99, 216 y 233). Creo que tiene cabida en el apartado III de Otras variaciones.
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Como puede observarse, el poeta prescindió de la letra mayúscula al iniciar cada verso para facilitar la lectura a su destinataria, una niña que cumplía 10 años.
Escasos son los poemas aún inéditos destinados a la segunda edición de Final. Tengo la ocasión de presentarlos aquí como primicia:
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No es demasiado frecuente el tema de la soledad en la poesía guilleniana163, y menos aún en Final, donde tal posibilidad se niega siempre164. Su aparición aquí origina un notable contraste, contraste observable —169→ en la misma disposición del poema, cuyo último verso aislado muy bien pudiera querer expresar el aislamiento del poeta frente a un mundo que ha perdido la noción del amor y la moral.
Ignoro la definitiva ubicación de este texto, que tal vez quepa también en el apartado III de Otras variaciones.
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No fue nunca ajeno J. Guillén a la realidad social y tampoco a los adelantos técnicos. El título y el contenido del poema parecen indicar una visión del hombre inter-dependiente del hombre, en un deseo de una Humanidad abierta y relacionada en la que todos dependemos de todos. Tal vez tenga cabida en algún apartado de Epigramas.
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Como esta sextilla forma conjunto con otros dos poemas ya señalados en nota 29, y el tema parece corresponderse con un hecho muy concreto, omito todo comentario.
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En este poema, cuyo título nos recuerda por oposición El mejor cuento de la tradición que ya he abordado, encuentro encomitancias con Después, mucho después, ya que en ambos textos se utiliza el término sainete con una visión peyorativa. No es tampoco ajeno en su temática a Golpe, por lo que acaso pueda ocupar un lugar cercano en la segunda edición de la obra.
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Como en otras ocasiones, J. Guillén toma citas de textos de sus amigos para dedicarles un poema. Es lo que ha hecho con Alfonso Canales (p. 312), Vicente Aleixandre (pp. 304-306), y otros de Final. Tal vez por eso convendrá incluir este poema en la sección Otras variaciones.
Es vano imaginar hasta dónde hubiera llegado la labor creadora y correctora de J. Guillén si hubiera vivido un par de años más. Su esfuerzo corrector y creador queda, sin embargo, patente en los numerosos apuntes efectuados sobre la primera edición de la obra. Su constante reflexión de lo escrito lo llevó a trasladar textos de un lugar a otro del libro a fin de que pudieran encajar mejor dentro del conjunto. Es, en efecto, la misma técnica de Cántico, sólo que en aquella ocasión el poeta disfrutó de más de 40 años para introducir novedades.
Los poemas que acabamos de ver son, por otra parte, continuaciones de Final, y encajan perfectamente en cada una de las secciones del libro a las que estaban destinados. A veces, no obstante, cuando la voluntad del poeta no quedó manifiesta, puede elegirse más de una zona del libro para incluirlos, y de ahí la dificultad de preparar la segunda edición.
En cuanto a los temas abordados, es indudable que el poeta aprovecha los últimos instantes de su vida para volver a agradecer a sus amigos y a su esposa las atenciones que ha recibido de ellos, pero también quiere poner los puntos sobre las íes en determinadas cuestiones que le parecen capitales, esto es, el avance de la tecnología y el retroceso de la moral.
Los acontecimientos sociales y políticos (intento de golpe de Estado, crímenes diversos, etc.) así como su propia vida personal (aniversarios) son los temas más repetidos, pero tampoco olvida, como se ha visto, las traducciones y el comentario de textos ajenos.
Puede admitirse también que permaneció fiel al compromiso histórico y social adquirido desde Clamor y presente ya en algunos poemas de Cántico, y que su tono lírico no decayó en ningún momento.
—172→Y en cuanto a los moldes utilizados en los últimos poemas, observamos los mismos de la primera edición, y, aunque predominen los versos libres (endecasílabos, heptasílabos, eneasílabos y octosílabos), no se olvida de algunas de las composiciones poéticas con las que ha alcanzado justa fama, como el romance y las estrofas de cuatro versos de índole epigramático.
En resumidas cuentas, el último legado de J. Guillén participa, sin menoscabo aparente, de las cualidades líricas, temáticas y formales de sus mejores obras. Guillén fue Guillén hasta el último de sus poemas.